Cuando nos apetece algún alimento por simple placer suelen ser dulces, salados o comidas muy calóricas y es muy extraño que sea el tipo de comida que nos resultaría más saludable o beneficiosa. Hay una tendencia a pensar que esos antojos son resultado de una necesidad física de nuestro cuerpo y a veces hasta se asocia a falta de minerales y otros nutrientes. Para empezar es necesario distinguir entre hambre, y ansia por comer.
¿Como se produce el hambre?
Si tu estómago está vacío y en tu
torrente sanguíneo no hay suficiente energía para llevar a cabo las
funciones básicas, la primera estrategia es liberar ghrelina en el
estómago, al activarse esta hormona, el hipotálamo (que es como la sala de mandos del cerebro) reconoce esa sustancia y crea la sensación física de hambre y así reconocemos que necesitamos comer.
Sabemos cuando estamos saciados porque
las células grasas generan leptina y el páncreas segrega insulina para
regular la cantidad de glucosa en el torrente sanguíneo, que se eleva al
comer y metabolizar los alimentos.
Si tienes hambre, mucha hambre quieres
comer, pero no necesitas comer algo determinado, la urgencia de tu
organismo ante la falta de combustible hace que realmente no te importe
que comer y solo quieras comer algo.
No es esta la razón para los antojos,
durante los antojos lo que te apetece es determinados alimentos y solo
esos. Comiendo “otros” no sacias esa necesidad.
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