lunes, 29 de septiembre de 2014

¿La cara amarga de los edulcorantes artificiales?

El último número de la revista Nature contiene los ingredientes necesarios para una gran polémica: alimentación, productos artificiales y riesgos para la salud. La receta la aporta un equipo de investigadores israelí que ha asociado el consumo de edulcorantes con un mayor riesgo de desarrollar alteraciones metabólicas, como intolerancia a la glucosa.
Pero si ya está pensando en tirar el café que acaba de endulzar con sacarina, espere un momento. La base fundamental de la investigación se ha realizado en ratones, y los expertos en nutrición piden cautela antes de hacer sonar las señales de alarma.
¿Está equivocado el primer mandamiento de muchas dietas, que ordena sustituir el azúcar por un edulcorante artificial sin calorías? El equipo dirigido por Eran Elinav, investigador del Weizmann Institute of Science de Rehovot (Israel), cree que, con sus datos sobre la mesa, al menos es el momento de "plantear un debate" sobre el consumo de edulcorantes como la sacarina, el aspartamo y la sucralosa y revisar si, en vez de ayudar a controlar los riegos asociados al sobrepeso, su efecto es justo el contrario.
"Nuestro estudio ha puesto de manifiesto una asociación entre el consumo de estos productos en diferentes dosis, formulaciones y condiciones fisiológicas y el desarrollo de intolerancia a la glucosa, una antesala que en último extremo conduce a la diabetes", señala Elinav a EL MUNDO.
Este nexo, continúa el investigador, está mediado por lo que pasa en el intestino cuando se ingieren edulcorantes artificiales. "Estos productos alteran la composición y el funcionamiento del microbioma, la inmensa y poco conocida población de microbios que vive en nuestro interior y cuyo papel en nuestra fisiología se ha sacado a la luz recientemente".
Seguir leyendo: http://www.elmundo.es/salud/2014/09/17/5419b00ce2704efc4e8b4582.html

lunes, 22 de septiembre de 2014

Descubre tu nivel de Acidificación Corporal

El nivel de ácidos y bases es una variable que siempre está pre­sente en el organismo humano y es de vital importancia para la salud que exista una proporción equilibrada entre ellos. Dicho nivel se define mediante el valor pH, es decir, mediante el pH se mide el grado de acidez o basicidad de cualquier sus­tancia.
Si se une un ácido con una base (de igual fuerza y en concen­traciones idénticas) se obtiene una solución que no reacciona de manera acida ni tampoco de manera básica: se trata de una solución neutral que contiene una sal. Esta solución química­mente neutral tiene un pH de valor 7.
Un valor pH entre 0 y 6.9 es propio de un ácido, y un valor pH entre 7 y 14 es propio de una base.
Los valores pH en el organismo varían según el órgano que ana­licemos. En el estómago predomina el medio ácido mientras que en la saliva también se registran valores básicos. La sangre es el único componente del organismo en donde el pH presen­ta siempre un valor constante de 7.4 (ligeramente básico).
El análisis del estatus ácido-base de la sangre y la orina pro­porciona información crucial para la elaboración de los diag­nósticos en la medicina clínica.

¿Cómo surge la acidez?

El proceso de digestión de las proteínas genera ácidos dentro del organismo. Para estabilizar el equilibrio ácido-base el cuer­po elimina el exceso de ácido fundamentalmente a través de los ríñones. Además, la expulsión de dióxido de carbono en la espiración también contribuye a regular el valor pH.
Es muy importante que la relación de las proporciones ácido-base sea equilibrada.
Unos hábitos vítales y alimenticios desequilibrados pueden descompensar el equilibrio ácido-base y con él la salud del organismo. Cuando ya no es posible evacuar los ácidos pro­ducidos éstos se acumulan, frecuentemente en el tejido con­juntivo, y el resultado de este proceso no es otro que la acidi­ficación.

La acidificación: un problema infravalorado

Diversos estudios sobre los hábitos de población arrojan un dato: el 80 % de los habitantes de los países industrializados de occidente presentan alteraciones de la relación de las pro­porciones ácido-base.
A muchos los síntomas les resultarán familiares: cansancio y decaimiento permanente, propensión a las infecciones, dolores de cabeza, problemas digestivos o acidez estomacal. Detrás de estas “indisposiciones” y malestares cotidianos, a menudo inexplicables, los médicos en general y los expertos en naturopatía y medicina natural detectan cada vez con más fre­cuencia un común denominador: la creciente acidificación del organismo. Todo aquel que quiera hacer algo por evitarlo debe procurar que su alimentación sea suficientemente alcalina y debe evitar exponerse a factores desencadenantes de estrés. Cuando no sea posible seguir esta estrategia como es debido se puede optar por la ingesta de una mezcla adecuada de sales minerales de efecto alcalínizante.

¿Por qué se produce la acidificación?

El tipo de alimentación y los hábitos de vida tanto en el traba­jo como fuera de él suelen ser las principales causas de un organismo ácido.
Principales causas que dan lugar a alteraciones transitorias de nuestro equilibrio ácido-base:
  • una alimentación incorrecta o predominantemente acida (mucha carne)
  • consumo inadecuado de alcohol
  • la nicotina y la cafeína
  • escasa ingesta de líquidos
  • el estrés, sobrecargas físicas y mentales
  • dietas desequilibradas
  • diversos contaminantes medioambientales
  • falta de actividad física
  • transformación y neutralización insuficiente de los ácidos debido a una carencia de vitaminas y olígoelementos
El mantenimiento de unos niveles de ácido normales es de importancia vital para la totalidad del organismo humano. Por ejemplo, la sangre sólo puede transportar como es debido el oxígeno y los nutrientes si el índice de ácido está dentro del ámbito considerado normal. Hasta el corazón deja de funcio­nar correctamente cuando el miocardio se acidifica.
El organismo ha desarrollado un ingenioso sistema para man­tener sus índices de ácido dentro de unos niveles saludables. Los ácidos resultantes del proceso metabólico pueden salir fue­ra del organismo a través de los ríñones, el intestino, la piel y los pulmones, o bien el propio organismo se encarga de supri­mir los efectos perjudiciales de dichos ácidos “compensándo­los” con las denominadas bases, es decir, neutralizándolos.
Ahora bien, cuando el cuerpo se acidifica es porque recibe un exceso de sustancias acidas y carece de suficientes sustancias alcalinas (básicas) para luchar contra los ácidos. Entonces, en estos casos, el organismo recurre al “plan de emergencia”: los ácidos se depositan en el tejido conjuntivo que es donde -por el momento- menos perjuicios ocasionan.

Seguir leyendo:  http://barcelonalternativa.es/descubre-tu-nivel-de-acidificacion-corporal/

lunes, 15 de septiembre de 2014

¿Por qué los niños tienen más alergias ahora que antes?

Palabra clave: bacterias. Todos estamos cubiertos de pies a cabeza con ellas. Y cada vez más, los científicos están convencidos de que esos microorganismos son fundamentales para para entender por qué las alergias son cada vez más frecuentes entre los niños, especialmente en el mundo desarrollado.
Las bacterias que cubren nuestra piel, se instalan en nuestras bocas y viven en nuestros intestinos no solo sobrepasan nuestras propias células en una proporción de diez a uno, sino que desempeñan un papel crucial en entrenar nuestros sistemas inmunológicos.
Y cambios en el estilo de vida, que van desde el aumento de partos por césarea hasta el uso excesivo de antibióticos y el sedentarismo, están influyendo en la reducción de estos microorganismos "amistosos", trayendo como consecuencia un aumento en las alergias.
Solo en el Reino Unido una de cada tres personas sufre de algún tipo de alergia.
Para comprobar si la disminución de las bacterias podría ser un factor determinante, el programa Horizon de la BBC examinó la vida de dos familias británicas afectadas por el problema.

Bajo el microscopio

En una de las familias, Joe, de ocho años, sufre de asma severa, fiebre del heno, eczema, alergia a las nueces, a las mascotas y a los ácaros del polvo.
En la otra Morgan, de cuatro años, tiene una interminable lista de alergias. Además de eczema severo y fiebre del heno, es alérgica a los productos lácteos, las nueces, la soya, el kiwi, el aguacate, el plátano, el látex, además de los gatos, perros y caballos.
Ambas familias acordaron suministrar muestras bacteriales de su piel y de sus intestinos, e incluso de sus casas, con la esperanza de obtener pistas sobre el motivo de las alergias.
Los resultados fueron increíbles. Como muchos en países de Occidente, estas familias presentaron menos variedades de bacterias comparadas con tribus tradicionales en partes del mundo en desarrollo. Y el experimento encontró que una comunidad de cazadores no sólo tenía más diversidad de bacterias, sino que solo uno de sus 15.000 miembros sufría de algún tipo de alergia.

Césarea y amamantamiento

El estilo de vida en Occidente parece estar cambiando nuestras bacterias y nuestra susceptibilidad a las alergias.
Hay muchos elementos responsables de esto, pero un factor grande podría ser cómo crecen los niños.
En el Reino Unido, el 25% de los bebés nacen por cesárea, una cifra que resulta significativa si se toma en cuenta que un estudio en Noruega encontró que los bebés nacidos por césarea tienen un 52% más de probabilidad de sufrir de asma que los nacidos por parto vaginal.
El dato resulta todavía más relevante para América Latina que, según un estudio de Unicef, tuvo una tasa de 30% de cesáreas en 2013.
Los científicos consideran que las bacterias a las que se exponen los bebés al pasar por el canal del parto los protegen de las alergias y es posible que el aumento en partos por césarea esté haciendo que los niños sean más propensos a las alergias.
Pero, al parecer, el ataque a las baterias continúa cuando los bebés crecen. Ahora se sabe que la leche materna contiene hasta 900 especies de bacterias, lo cual ofrece una posible explicación de por qué los bebés que son amamantados tienen menos probabilidad de sufrir de alergias.
Mientras tanto, una de las más grandes amenazas a la bacteria que nos protege de las alergias la representan los antibiótcos. Estas medicinas muchas veces reducen nuestras bacterias "amistosas".
Un estudio en el que participaron varias instituciones médicas de Inglaterra y Escocia encontró que el uso de antibióticos en los primeros años de vida podría aumentar el riesgo de sufrir de eczema en un 40%.
Por otra pate, Horizon siguió a dos familias durante 24 horas y descubrió que pasaban en promedio 91% de sus vidas bajo techo, un patrón que se reflejó en todo el Reino Unido. A medida que la existencia se vuelve más sedentaria se pierde el contacto con una variedad de microorganismos que normalmente están en los jardínes y en el aire exterior.

Seguir leyendo:  http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2014/09/140904_salud_alergias_ninos_vida_moderna_hr.shtml

lunes, 8 de septiembre de 2014

Entrenar al cerebro para que prefiera la comida sana

¿Es de los que adora el beicon y odia la coliflor? ¿No puede resistirse a unas patatas fritas y, sin embargo, podría vivir sin la fruta? Pues sepa que es posible reeducar a su cerebro para que prefiera las opciones más saludables. Al menos es lo que sugiere un estudio publicado esta semana en la revista Nutrition and Diabetes cuyos datos podrían ser útiles para combatir la epidemia de sobrepeso que vive el planeta.
"La obesidad se asocia con una hiperactivación del sistema de recompensa en favor de la comida con muchas calorías frente a las que tienen pocas [...] Sin embargo, hasta la fecha no estaba claro si este patrón podría revertirse de alguna manera", explican los autores del trabajo en la revista científica.
Para comprobarlo, estos investigadores de las Universidades de Harvard y Tufts, en EEUU, analizaron mediante resonancia magnética el cerebro de ocho personas con obesidad antes y después de someterse a un programa de adelgazamiento de seis meses. Después, compararon los resultados con los de un grupo control.
Según explican en el texto, eligieron este programa porque se basaba en alcanzar un cambio de comportamientos en el paciente y en tratar de romper los lazos existentes con la comida poco saludable. Además de sesiones de grupo y el apoyo de expertos en nutrición, los pacientes habían recibido trucos para el día a día, como menús específicos, recetas y platos saciantes pero bajos en calorías.

SALUD Lo mejor para adelgazar

Entrenar al cerebro para que prefiera la comida sana

  • Adelgazar es posible si se opta por una nutrición equilibrada y baja en calorías

  • Las diferentes dietas de adelgazamiento logran una pérdida de peso que no se sostiene

  • El sobrepeso y la obesidad están vinculados con múltiples problemas de salud

Especialistas en nutrición recomiendan comer frutas y verduras...
Especialistas en nutrición recomiendan comer frutas y verduras diariamente. EL MUNDO
¿Es de los que adora el beicon y odia la coliflor? ¿No puede resistirse a unas patatas fritas y, sin embargo, podría vivir sin la fruta? Pues sepa que es posible reeducar a su cerebro para que prefiera las opciones más saludables. Al menos es lo que sugiere un estudio publicado esta semana en la revista Nutrition and Diabetes cuyos datos podrían ser útiles para combatir la epidemia de sobrepeso que vive el planeta.
"La obesidad se asocia con una hiperactivación del sistema de recompensa en favor de la comida con muchas calorías frente a las que tienen pocas [...] Sin embargo, hasta la fecha no estaba claro si este patrón podría revertirse de alguna manera", explican los autores del trabajo en la revista científica.
Para comprobarlo, estos investigadores de las Universidades de Harvard y Tufts, en EEUU, analizaron mediante resonancia magnética el cerebro de ocho personas con obesidad antes y después de someterse a un programa de adelgazamiento de seis meses. Después, compararon los resultados con los de un grupo control.
Según explican en el texto, eligieron este programa porque se basaba en alcanzar un cambio de comportamientos en el paciente y en tratar de romper los lazos existentes con la comida poco saludable. Además de sesiones de grupo y el apoyo de expertos en nutrición, los pacientes habían recibido trucos para el día a día, como menús específicos, recetas y platos saciantes pero bajos en calorías.
Al analizar a fondo los circuitos de recompensa cerebrales, los investigadores comprobaron que los individuos que se sometieron al plan de adelgazamiento habían desarrollado cambios en áreas del cerebro relacionadas con el aprendizaje y la adicción. Se había producido un aumento de la sensibilidad hacia las opciones más saludables en detrimento de las más calóricas.
"Nuestros datos muestran que es posible cambiar las preferencias de la comida no saludable a la saludable", señalan los investigadores, quienes reconoce que su estudio se ha limitado a muy pocos pacientes, por lo que reclaman nuevos estudios que ratifiquen sus conclusiones.
"Ha de explorarse más este área por su potencial para fomentar la efectividad y la sostenibilidad de los tratamientos para la obesidad basados en el comportamiento", señalan.
Desde hace años, los especialistas en nutrición recuerdan que, aunque complejo de lograr, el cambio de hábitos y el reaprendizaje dietético es una estrategia mucho más efectiva en la lucha contra la obesidad que optar por una de las muchas dietas que se popularizan periódicamente.

Noticia de:  http://www.elmundo.es/salud/2014/09/03/5406eba8ca4741d5578b4573.html


lunes, 1 de septiembre de 2014

Comer como mandan los genes

Un alto porcentaje de la salud de una persona después de los 40 años se debe a cómo haya mimado sus genes hasta entonces. Y este cuidado tiene mucho que ver con los alimentos, porque dependiendo de lo que un ser humano coma, se expresarán en mayor o menor medida los genes de la salud o de la enfermedad. La clave: conocerse a sí mismo y actuar en consecuencia.
Bajo este precepto ha presentado Jose Mª Ordovás , director del Laboratorio de Nutrición y Genética de la Universidad de Tufts (Boston, EEUU), el seminario Comer: cocinar, nutrición y salud en los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid, que tienen lugar durante esta semana en El Escorial.
Así, el experto señala dos aspectos a considerar: La nutrigenómica, que de una manera basal determina que "hay alimentos que hacen que unos genes se expresen más o menos, antes o después, porque no hay una sincronía perfecta" y "las mutaciones que nos hacen diferentes y que están más o menos supeditadas a esos cambios en la dieta".
Aprender a comer como mandan los genes es la idea principal del mensaje de Ordovás, y en la personalización está la clave. En la actualidad parece que se ha perdido ese control individual que cada ser humano tiene sobre su alimentación y su estilo de vida. Numerosas voces opinan y marcan la dieta ideal. "Nos dejamos llevar demasiado por el exceso de información que tenemos, que a veces es apropiado y otras veces no tanto".
Un artículo de David H. Freedman publicado en The Atlantic así lo certifica (Lies, damned lies, and medical science). En él se recoge que la mayoría de las investigaciones no es que sean falsas o se manipulen, sino que llegan a conclusiones falsas por aspectos como "la falta de precisión en los cuestionarios" utilizados para indagar en los diferentes casos, según Ordovás.
"Hay muchos factores como la memoria, el hecho de que nos dé vergüenza decir lo que comemos o incluso que aquellos que saben cómo llevar una dieta saludable, aunque no la siguen, disfrazan su testimonio para que parezca que sí lo hacen. Hay un sesgo de información tremendo y corremos un tupido velo llegando a unas cifras que consideramos muy sólidas". Además, "cualquiera se siente capacitado para dar nociones de nutrición", añade.

Seguir leyendo:  http://www.elmundo.es/salud/2014/07/16/53c51a25ca47418a358b4582.html?cid=SMBOSO25301&s_kw=facebook