viernes, 4 de octubre de 2013

La obesidad infantil, un trampolín hacia la hipertensión


Vivir una infancia con sobrepeso tiene consecuencias. Y, aunque la investigación sobre estos efectos aún no es muy extensa, los datos que manejan los especialistas son más que preocupantes. En el congreso sobre hipertensión que está celebrando estos días en EEUU la Asociación Americana del Corazón (AHA) se han presentado unas cifras que no por esperadas dan menos quebraderos de cabeza.
Según sus datos, los niños obesos tienen un riesgo cuatro veces superior de convertirse en hipertensos en la edad adulta. En el caso de los pequeños con sobrepeso -el exceso no llega a considerarse obesidad- este riesgo se reduce un poco, aunque las posibilidades de tener problemas con la tensión arterial en la madurez también doblan a las del resto de sus compañeros.
La doctora Sara E. Watson, endocrinóloga pediátrica del Riley Hospital for Children de Indiana (EEUU) ha sido la encargada de presentar en la reunión estas cifras, obtenidas tras una investigación que comenzó en 1987 y que ha realizado un seguimiento hasta la actualidad a 1.117 chicos que eran pequeños cuando se inició el trabajo.
En esa muestra el 68% de los pesos presentaba un peso normal, un 16% tenía sobrepeso y el 16% restante, obesidad.
Pasados los años, los investigadores comprobaron que mientras que el 6% de los niños de peso considerado normal habían desarrollado hipertensión en la edad adulta, este porcentaje alcanzaba al 26% de los participantes que habían sido obesos en la infancia.
Estos datos, ha señalado la especialista, subrayan la gran amenaza para la salud pública que suponen los kilos de más en la edad pediátrica. La enfermedad cardiovascular puede empezar en la infancia, ha recordado.

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