jueves, 6 de marzo de 2014

¿Porqué dar pecho a demanda protege contra la obesidad?




Dar comida a un bebé como forma de entretenerlo o tranquilizarlo favorece la obesidad. Pero el pecho a demanda lo evita, ¿Porqué?

Cuando explico la introducción de la alimentación complementaria, advierto a los padres de que la costumbre de dar comida al niño como forma de entretenerlo, favorece la obesidad.
Algunos padres preguntan si haber dado pecho (o biberón) a demanda al bebé, no tendrá el mismo efecto.
Lo que dicen los estudios es que no: Que la lactancia materna a demanda no sólo no aumenta las probabilidades de que el bebé sea obeso en el futuro, sino que le protege contra la obesidad.
Voy a intentar explicar la diferencia que hay entre ambas cosas, y porqué es coherente el pecho (o biberón) a demanda y evitar usar la comida como forma de tranquilizar a un niño.

¿Porqué la comida como entretenimiento produce obesidad?

Durante la primera infancia el bebé actúa de forma inconsciente. Aquellas conductas que se repiten con un resultado "positivo" se repetirán de forma inconsciente el resto de la vida.
Cuando un niño está aburrido, nervioso, tiene miedo o quiere afecto (necesidad afectiva), es frecuente ver a algunos familiares ofrecer al niño alimentos (ricos en azúcar) que el niño puede tomar sólo: Trozo de pan, gusanitos, biberón con zumo, leche o manzanilla...
Cuando el azúcar sube en sangre, se estimula la secreción de endorfinas. Unas sustancias que producen una sensación de placer, calma el dolor y relaja.
El niño pasa de una situación de falta de afecto a una de satisfacción, sin recibir afecto. Ha sustituido el afecto por comida.
Eso trasladado a un adulto, y tras haber repetido en su infancia esa maniobra miles de veces, hace que ante una necesidad afectiva insatisfecha, se active un circuito que le dice: Come y te sentirás mejor.
Eso favorece la obesidad.

¿Y porqué dar pecho a demanda protege contra la obesidad?

Muchos niños que toman pecho a demanda, lo piden cuando tienen hambre, pero también cuando tienen las mismas necesidades afectivas que comentaba antes.
Sería lógico pensar, que dar pecho a demanda es equivalente a lo anterior y por tanto debería predisponer a la obesidad. Sin embargo la experiencia dice lo contrario. ¿Cuál es la diferencia?
Pues es una diferencia sutil, pero muy importante:
  1. Cuando damos el pecho, no solo se alimenta, también se da afecto.
  2. Cuando damos el trozo de pan, los gusanitos, el zumo, las patatas fritas al niño, suele ser dejándolo sólo para que coma y nos deje hacer lo que estemos haciendo. Es comida sustituva del afecto.
Con el pecho, ante una necesidad afectiva, respondemos con afecto. Y al alimentarlo, la subida de endorfinas que explicaba arriba, refuerza la situación placentera. Es decir, una falta de afecto se resuelve con afecto y el alimento que da el pecho, refuerza esa relación.
En el futuro, cuando tenga una necesidad afectiva, buscará afecto como forma de resolverla.
En el segundo caso, sustituimos el afecto por la comida. En el futuro, cuando tenga una necesidad afectiva, buscará la comida como alternativa al afecto. Y eso le hará más fácilmente obeso.

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